EL MARAVILLOSO MUNDO DE LOS CUENTOS

EL MARAVILLOSO MUNDO DE LOS CUENTOS
Cuentos,cuentos.....

martes, 5 de enero de 2010

KIARA LA CUCHARA

Érase una vez una cuchara que se llamaba Kiara. Kiara era una cuchara como todas las demás pero tenía algo especial, le gustaba ayudar a los demás. Compartía cajón con otros cubiertos y utensilios de cocina como cuchillos, tenedores, otras cucharas, tijeras, sacacorchos, etc. Kiara servía a una familia acomodada y era muy feliz.
Un buen día el señor Juan decidió echar una primitiva sin pensar que tuviera alguna posibilidad de ganar algo. Por la noche, estaba toda la familia cenando, la señora Carmen había hecho una exquisita sopa de pescado y calamares rebozados y, Kiara sostenía la sopa del pequeño Ramón. De repente el señor Juan soltó un grito al aire:
- Carmen, nos ha tocado
- ¿Nos ha tocado, qué?
- La primitiva Carmen, la primitiva, somos millonarios.
A partir de ese día la vida de Kiara, y de sus demás compañeros de cajón, dio un giro de noventa grados. La señora Carmen se reformó parte de su casa por capricho, ya que a la casa no le faltaba absolutamente nada, estaba todo nuevo y reluciente. Pensó que el dinero hay que disfrutarlo para vivir como reyes y eso hizo, se deshizo de algunas cosas que tenía varios años, incluida la cubertería que utilizaban cada día la familia Sánchez.
Kiara estaba tremendamente asustada, ¿qué harían con ella?, ¿dónde acabaría?, ¿la separarían de sus compañeros de cajón?, todo eran dudas para Kiara.
El día menos pensado Kiara y sus compañeros de cajón se vieron dentro de una caja precintada, ¿dónde irían? De repente oyeron a la señora Carmen hablar con alguien:
- Sí señor párroco, aquí le traigo lo que vi que podía servir, cubiertos, ropa, zapatos, etc.
- Muchas gracias hija, que Dios te lo pague. Ellos te lo agradecerán de corazón, has hecho una gran labor humanitaria.
Kiara y sus compañeros de cajón no entendían qué estaba ocurriendo ni de qué estaban hablando, sólo sabían que la señora Carmen los había dejado con aquel señor.
Pasadas las semanas la caja fue destapada, Kiara pudo leer “ayuda humanitaria” en la camiseta del señor que abrió la caja. Aquel hombre sacó a todos los cubiertos y los fue repartiendo entre toda la gente que había alrededor.
Kiara se dio cuenta de que estaba en un país pobre y que la señora Carmen había ofrecido sus pertenencias al párroco de la iglesia del pueblo para que otras personas pobres pudieran hacer uso de ellas. Todos los cubiertos se pusieron la mar de contentos ya que pensaban que la señora Carmen los iba a tirar a la basura y nunca más volverían a dar de comer a nadie, en especial Kiara ya que su sueño era ayudar a los demás y, ¿qué mejor forma de ayudar a los demás que prestando servicio a las personas que más lo necesitan?

No hay comentarios:

Publicar un comentario